Translate

martes, 9 de octubre de 2007

Islandia 2003

















EXCURSION ORNITOLÓGICA A ISLANDIA 2003
por Paco Chiclana

DEL 22 AL 29 DE JUNIO DE 2003
Participantes.- Jesús Martín, Guillermo Martín. José Antonio Lama, Salud Granados, Manolo Villaécija, Mila Pelagio y Paco Chiclana

Volamos desde Sevilla vía Londres, y alquilamos dos turismos marca Toyota.
Nos alojamos en hoteles –Edda- y en alguna residencia. Dado que pajarear en Islandia es bastante caro, el visitar bares y restaurantes estaba casi prohibido por nuestro bolsillos.
Hicimos un recorrido circular por Islandia siguiendo la carretera num. 1, que discurre por la periferia de la isla, en sentido contrario a las agujas del reloj.
El tiempo fue bueno, aunque frío, con un par de días de lluvia que no nos impidió la observación de aves.
A pesar de que los pájaros eran el objetivo principal, los mejores recuerdos que guardo están relacionados con la belleza y grandiosidad de los paisajes que encontré, y con la inmensa paz que se respiraba en aquellas tranquilas tierras. Además, el poder ver en una misma isla volcanes, cataratas, géiseres, glaciares, etc, etc, era todo una pasada.

Las especies de aves registradas las citaré sólo una vez, excepto excepciones, en el lugar donde se localizaron más fácilmente.

---Aves que pueden observarse sin mucho problema:
colimbo chico, fulmar, cisne cantor, ánsar común, porrón bastardo, porrón moñudo, eider común, serreta mediana, ostrero, chorlitejo grande, chorlito dorado, correlimos común, archibebe común, aguja colinegra, zarapito trinador, agachadiza común, falaropo picofino, págalo parásito, gaviota reidora, gaviota argéntea, gaviota sombría, gavión, charrán ártico, bisbita común, lavandera blanca y zorzal alirrojo.

---Aves observadas de Keflavik a Vik:
porrón islándico (río Song), pato arlequín (río Song), collalba gris y estornino pinto.

---Aves observadas de Vik a Hofn:
págalo grande (antes del glacial vatnajokull).

---Aves observadas de Hofn a Egilsstadir:
ánsar piquicorto, negrón común, havelda, lagópodo alpino (snaefell).

---Aves observadas de Egilsstadir a Godafoss:
---------en Nupsftkatla: correlimos oscuro, alcatraz, halcón gerifalte, gaviota tridáctila, mérgulo (cadáver), frailecillo, escribano nival, alca, arao común y arao de brunnich.
---------en Myvatn: porrón islándico, pato arlequín, havelda, zampullín cuellirrojo, colimbo grande, colimbo chico, chochín y pardillo sizerín.

---Aves observadas de Godafoss a Laugarbakki:
--------en Akureyri: gaviota cana.

---Aves observadas de Laugarbakki a Keflavik:
--------en Stykkisholmur: cormorán moñudo, pigargo, gaviota hiperbórea, arao aliblanco.

Autor de fotos:
--arao de brunnich.- Mario Martín

lunes, 17 de septiembre de 2007

Bilbao-Portsmouth 2007








PRIDE DE BILBAO 2007 (Bilbao-Portsmouth-Bilbao)
por Paco Chiclana

DEL 07 AL 10 DE SEPTIEMBRE

Participantes: Manolo Villaécija, Mario Martín, Rafa García, Paco Chiclana y unos cuantos amigos más que se relacionan al final del report.

Resumen.-
Desde hace tiempo tenía muchas ganas de participar en uno de los viajes que organiza Gorka Ocio para ver aves y cetáceos en el Pride de Bilbao. Este año, por fin, he podido viajar en el barco y disfrutar de aves, cetáceos, antiguos y nuevos amigos, la paz del mar, unos colores inolvidables a la puesta del sol.......
Viajamos desde Sevilla con Iberia el día 6, en vuelo directo, y llegamos a Bilbao bien entrada la noche. Gorka nos ofreció alojarnos en su casa y así lo hicimos, agradeciéndole desde estas líneas toda su atención. Además, él se encargó de la logística del viaje, siempre engorrosa, por lo que todas las gracias que se le den nunca serán suficientes. La vuelta a casa la realizamos el día 10, también en vuelo directo.
Durante el viaje hemos disfrutado de un tiempo muy bueno y soleado, de una mal siempre en calma, y de un buen número de cetáceos; en cambio el número de aves ha sido escaso, tanto en calidad como en cantidad, atribuible posiblemente a vientos de componente nordeste que tuvimos durante todo el tiempo.

7 de septiembre.-
Embarcamos sobre las 12 de la mañana, y sobre las 13 horas estábamos en cubierta deseosos de la partida. Me habían dicho que el primer día no suele ser muy bueno, aunque no defraudó para nada. Mientras abandonábamos la plataforma continental, pudimos ver págalo pomarino, grande y parásito, charrán común, alcatraces, un par de pardelas sombrías y, a unas 20 millas, ya en áreas de gran profundidad, un par de Zifios de Cuvier –aunque yo sólo los observé al sumergirse, bastante mal-. Algo después, a unas 30 millas, lo mejor del viaje para mí, un gran macho de cachalote que se dejó ver en superficie, casi completa su parte dorsal, mostrando su enorme espiráculo al respirar, antes de sumergirse, y su gran aleta caudal ¡¡¡realmente fascinante!!! Por la zona bastante rorcual común (19, según Gorka), unos mejor vistos que otros, aunque de todos guardamos buenas imágenes en nuestras retinas de sus resoplidos, así como de algunos lomos antes de calar y hundirse. También delfín listado y mular. El barco lo dividimos según las horas del reloj, como marcan los cánones de observación de aves marinas, y recorríamos la cubierta, con veloces carreras, buscando la gaviota X a las 11 o el cetáceo Y a las 6.
Nos oscureció en cubierta, con una puesta de sol inolvidable, buscando el punto verde que aparece al esconderse el astro rey (recomendaciones de Gorka) mientras los sifonazos de los rorcuales seguían por doquier.

8 de septiembre.-
A las 6 de la mañana, hora británica en el Pride, estábamos en cubierta de nuevo, situados siempre en la cubierta de babor, refugiados del viento (en estribor el viento provocaba que pareciera invierno, mientras que en babor parecía verano). Algo nublado, con niebla parcial, pero con unos colores grises impresionantes. Debíamos estar cerca de la isla bretona de O’uessant. Mucho págalo grande, mucho alcatraz –de varias edades-, hasta 14 fulmares, 2 jóvenes de gaviotas de sabine (cercanos ya al Canal de La Mancha), inmaduros de págalos pomarino y parásito, y algún paíño común. Por esta zona, la marsopa era abundante, hasta 85 ejemplares repartidos en pequeños grupos, 9 rorcuales aliblancos –uno de ellos muy bien visto- y delfín mular.
El canal resultó bastante pobre de aves y cetáceos hasta que casi llegamos a Portsmouth, cuando ya empezaron a verse gaviotas argenteas, canas, reidoras, gaviones y cormorán grande. Desembarcamos a las 6 de la tarde, y dimos un paseo breve por la ciudad, observando algunas cornejas, y rápidamente al barco de nuevo, a eso de las 8 de la tarde, no sin antes un buen susto con unos policías británicos que nos pidieron la documentación por ir cercanos a una zona militar portando prismáticos y cámaras de fotos.

9 de septiembre.-
A primera hora de la mañana estábamos nuevamente en cubierta, siempre a babor, mientras abandonábamos el canal. La mar seguía tranquila, y nosotros estábamos ávidos de nuevos avistamientos marinos. Estos vinieron gracias a los pesqueros bretones, donde iban asociadas las mayoría de las aves. Así vimos fulmar –abundante-, págalo grande disputando con un págalo pomarino, págalo parasito, paíño común, alcatraces –muy abundantes-, gaviotas sombrías y argénteas, pardelas sombrías –una muy cerca de nosotros-, gaviota de sabine –joven-, además de marsopas y peces luna. También vimos mucho pajarillo en paso, algunos de ellos intentando posarse en el barco, como collalba gris, bisbita, lavandera blanca, alondra, golondrina común, avión común, mosquitero musical, algún correlimos y vuelvepiedras, así como unas posibles palomas mensajeras que se veían reiteradamente.
Entrando a los barrancos franceses más cetáceos: rorcual común abundante, uno de ellos con su cría, cachalote, delfines listado, común y mular. La falta de aves nos dejó un poco insatisfechos, nuevamente, ya que teníamos muchas esperanzas puestas en esta zona. De todas maneras, el viaje ha sido muy gratificante por el buen número de cetáceos y por los buenos ratos pasados a bordo en compañía de un montón de amigos.
Nos oscureció en la cubierta, con una mar mágica, cautivadora, y con unos delfines listados que saltaban a nuestro lado y que parecían haber venido a despedirse de nosotros.
Después de la cena, bebimos unas pintas en la disco, entre bailes y risas, y pensando nuevamente en aventurarnos otra vez en el Pride.

10 de septiembre.-
Desembarcamos en Bilbao sobre las 8 de la mañana. Y a continuación, saludos de despedida, desayuno y vuelta a casa.

La relación de personal que viajamos, junto al gran manager Gorka Ocio, fuimos los siguientes:
-- Ramón Martín, Alberto Fernández, Abelardo Lavilla, Isabel Lavilla, Abel López, Jose Miranzo, Carla Hernández, Marco Escudero, Nacho Ruiz, Jose Antonio López Constante, Julia López, Dave Alain, Samuel Langlois, Ramón Elósegui, Ivone Iglesias, Cristina López, Judith Larreta, Jose Antonio Herrero, Daniel Herrero, Nacho Vega, Antonio Gende, Anxo Gende, Luis Alberto Rodriguez, Antonio García, Cesar Urruela, Angel Martinez, Oscar LLama, Alberto Estefania, Rafael García, Paco Chiclana, Mario Martín, Manuel Villaécija, Ramón Chevez, Maria Jose Linares, Diego Benavides, Ana Iñigo, Rosario Urbiola, Javier Ferreres, Jose Miguel Martinez Juez, Miguel Higueras, Ruben Gil, Daniel Serrano, Teresa Andrés, Fernando Camara, Mario Ramos, Jesús Gonzalez, Carolina Montero, Adolfo Rodriguez

Autoría de fotos:
foto grupo.- Rafa García
foto cachalote.- Gorka Ocio

viernes, 14 de septiembre de 2007

Finlandia y Noruega (Laponia) 2006



























EXCURSION ORNITOLÓGICA A FINLANDIA Y NORUEGA (Laponia) 2006
por Paco Chiclana

DEL 27-05-06 AL 07-06-06

Participantes:
-José Manuel Marín
-José Antonio Lama
-Salud Granados
-Raimundo Martín
-Paco Chiclana

Especies interesantes observadas: cisne cantor, ánsar campestre, porrón osculado, porrón bastardo, eider común, eider real, eider de steller, havelda, negrón especulado, serreta chica, serreta grande, grévol, lagópodo escandinavo, urogallo, gallo lira, faisán, colimbo ártico, colimbo chico, zampullín cuellirrojo, somormujo cuellirrojo, avetoro, pigargo, ratonero calzado, falaropo picofino, falaropo picogrueso, corrrelimos falcinelo, págalo rabero, gaviota argéntea, gaviota polar, gaviota hiperbórea, gaviota tridáctila, gaviota siberiana, gaviota enana, gaviota cana, gaviota sombría -sbp fuscus-, charrán ártico, arao aliblanco, arao de Brunnich, frailecillo, mochuelo chico, lechuza gavilana, lechuza de tengmalm, cárabo lapón, cárabo uralense, pico tridáctilo, alondra cornuda, bisbita costero, bisbita gorgirrojo, lavandera boyera -sbp thumbergi-, ampelis, coliazul cejiblanco, pechiazul -sbp svecica-, zorzal real, mosquitero boreal, carbonero sibilino, carbonero lapón, arrendajo funesto, corneja cenicienta, pinzón real, pardillo sizerín, pardillo piquigualdo, camachuelo carminoso, escribano nival, escribano lapón, piquituerto lorito, escribano pigmeo.

Resumen.-
Aunque el viaje abarcó 12 días, realmente fueron 10 los dedicados a la observación ornitológica, ya que el primer y último días se invirtieron en avión. Viajamos desde Sevilla a Madrid, con Iberia, y desde aquí a Ivalo, vía Helsinki, con Finnair. La vuelta fue similar.
Una vez en Ivalo cogimos un coche alquilado previamente con Budget. Una Wolkswagen Caravelle de 9 plazas, que fue genial para que cupiéramos todos más el equipaje, material óptico, etc. En el coche recorrimos 3500 Km, y la ruta fue, a grandes rasgos, de Ivalo a Varanger, pasando por Tana Bru, llegando hasta Hanmingberg, es decir, subimos Varanger por la costa oriental. Después viajamos desde Varanger hasta Oulu, y desde aquí hasta Kuusamo, para posteriormente volver a Ivalo. Anduvimos de pleno por Laponia.
Dedicamos unas 12 horas diarias al pajareo, lo que sumaría unas 120 horas en total, nuestro récord máximo.
La temperatura ha rondado desde los 13 grados de máxima, en el último día, a los pocos bajo cero que debimos tener en Varanger, con vientos fríos del norte. En general ha sido tiempo bueno, con lluvia suave y poco frecuente, y nevada sólo un día que nos cogió de viaje en coche. La lluvia fue algo intensa uno de los días que habíamos quedado con un guía, aunque ello no nos impidió el pajareo. En resumen, buen tiempo, aunque frío. Todos los días disfrutemos del sol de media noche, y de 24 horas de luz al día. La mayoría del tiempo estuvimos dentro del círculo polar ártico.
A pesar de tener muchas horas de luz, la actividad pajaril, sobre todo en los bosques, era máxima de 4 a 10 de la mañana, y de 19 a 21 horas de la tarde. En los mares y costas, el pajareo era constante.
Las molestias producidas por los mosquitos han sido esporádicas, ya que hasta mediados de junio no se esperaba el boom de los mismos.
Hemos utilizado varios trip-reports –especialmente uno de Karmelo de Dios-, informaciones de amigos que habían viajado anteriormente como Rafa Serra, libros de viajes, mapas, GPS, etc, etc. Varanger se ha mostrado genial para la observación ornitológica, y nos hemos quedado con las ganas de tener más tiempo y haber subido por la costa occidental hasta Berlevag, donde una semana antes se habían citado decenas de colimbos de adams en migración.
Finlandia es un paraíso constante de bosques y lagos, aunque resulta difícil para el pajareo y hay que contratar guías locales para obtener el éxito pretendido.
Se contabilizaron alrededor de 160 especies de las que un tercio, aproximadamente, son raras o no frecuentes en España.
Trip ideal para aquellos amantes de las aves del Paleártico, y complementa perfectamente un anterior viaje que hicimos algunos colegas a Islandia en el año 2003.

27 de mayo.-
Llegamos a Ivalo sobre las 19 horas, y Finnair nos perdió todas las maletas. Nos dijeron que se habían quedado en Helsinki y que llegarían al día siguiente, a la misma hora, por lo que decidimos alterar lo planificado y quedarnos un día en las inmediaciones hasta la recogida del equipaje. Tomamos nuestro coche alquilado, y en el mismo aeropuerto nos sobrevoló un pito negro y unos pardillos sizerines. Ya empezaba lo bueno. Teníamos noche reservada en Ivalo y nos fuimos al hotel, no sin antes pararnos en un lago que quedaba al borde de la carretera y donde pudimos observar los primeros porrones osculados, en su mayoría machos, y los primeros zorzales reales, que después se repetirían en casi todo el viaje. Nos instalamos en el hotel –Hotel Ivalo- y volvimos al aeropuerto a seguir pajareando, ya que éste estaba rodeado de bosques. Al llegar, un zarapito trinador hacía sus vuelos de cortejo y emitía sonoros cantos en una praderita cercana. Escuchamos mosquiteros musicales, que también se repetirían después en todo el viaje y que se encontraban por todas partes.
28 de mayo.-
Nos levantamos muy temprano, a eso de las 4 de la mañana, debido a las ganas de pajarear y a la intensa luz que entraba por la ventana. Nos dimos una vuelta por Ivalo y no vimos gran cosa, a excepción de cornejas cenicientas, ya que la mayoría de las aves que encontrábamos se veían en España, como gorrión común, carbonero común y urraca. Ya, sobre las 7 de la mañana, sí escuchamos un bonito macho de pechiazul, medalla roja, que después vimos a placer, y otro bonito macho de escribano cerillo. En el río Ivalo porrones moñudos y correlimos menudos.
Desayunamos y nos fuimos al lago Tekojarvi. Por el camino los primeros renos, como siempre en la carretera, y algunos zorzales charlos. También lavanderas boyeras, subespecie thumbergi. Más pardillos sizerines y pinzones reales, éstos cantando en puestos bien visibles. En el lago, mucha serreta grande, en su mayoría machos, y dos hembras de urogallo en los alrededores. También andarríos bastardo, en cortejo, lavandera blanca, cuco, torcaces, avión común y zapador, y mucho excremento de lagópodo, supuestamente escandinavo.
De aquí nos fuimos a comer al parque nacional Urho Kekkonen, donde los pajarillos parecían muy asustados y poco dados a que se les enfocara. Sí escuchamos camachuelo carminoso, pinzón real, colirrojo real, etc. Mientras comíamos vimos unos coloreados machos de camachuelo común y algunos pinzones comunes y papamoscas cerrojillos. Se nos paró cerca un piquituerto, del que dudábamos si podía ser común o lorito. Los ornitólogos locales nos dijeron que es casi imposible diferenciarlos si no están en mano. Después, un exhaustivo examen de las fotos que se le tomó llevaron a clasificarlo como lorito.
De allí nos fuimos a subir al Kiiloppa, majestuoso monte cercano, con buenas citas, aunque nosotros sólo vimos chorlito dorado y bisbita común. Nada de chorlito carambolo que buscábamos allí y que podía no haber llegado aún.
Ya sobre las 7 de la tarde recogimos las maletas, y algo cansados dimos por terminado el pajareo, con ganas de madrugar y de irnos a la península de Varanger, en Noruega, donde suponíamos que empezarían a anotarse muchos bimbos.
29 de mayo.-
De camino a Varanger era visita obligada el Lago Inari, espectacular por su magnitud y por su belleza. Hicimos varias paradas y logramos observar serreta chica, serreta grande, serreta mediana, colimbo ártico, cisne cantor, porrón osculado y unos ampelis en vuelo. También gaviota reidora. En un restarurante con cabañas, también de camino, 10 km pasado Kaamanen, nos paramos a echar un ojo a un comedero para aves que tenía junto a un bonito lago. Es típico el que muchos restaurantes, casas particulares, etc, tengan comederos para aves. Al comedero llegaron algunos verderones comunes y pico picapinos, pero en el lago contiguo pudimos contemplar, a placer, un precioso ampelis, unos silbones y unos colimbos árticos. Seguimos la ruta, con alguna pareja de serreta chica próxima a la carretera.
Cruzamos la frontera, pasando por Tana, con un macho de esmerejón posado en un cable, y llegamos al gran fiordo de Varanger, Varangerbotn, donde nos detuvimos junto a unos observadores noruegos. Mientras comíamos, tres ejemplares de pigargo, adulto e inmaturos, comían en la zona, gaviones a tutiplén y gaviotas argénteas. También tarro blanco y eider común, más ostrero, aguja colipinta y negrón común. Nos sobrevoló un págalo rabero, y antes de la parada un alce al lado de la carretera. Aunque los renos están en semilibertad, los alces sí son salvajes e impresiona mucho verlos.
Dejamos el fiordo y llegamos a Nesseby, con gran inquietud, ya que es un sitio muy nombrado por los pajareros, haciendo una parada junto a la iglesia. Allí vimos un grupito de unos diez eider de steller, en su mayoría hembras e inm. También correlimos de temminck, en plumaje nupcial, chorlitejos grandes, tarros blancos, págalos parásitos de fases oscura y clara, charrán ártico, una colonia de cría de gavión y de argéntea, arao aliblanco, lechuza campestre, etc, etc. Precioso lugar que había que abandonar en busca de Vadso, donde queríamos dormir. Buscamos alojamiento, y en el hotel –Hotel Nobile- nos encontramos con unos noruegos que venían de ver aves. Justo al lado del hotel, una praderita que da al mar y que rebosaba de limícolas, como combatientes en sus leks, vuelvepiedras, ostreros, archibebes comunes, correlimos gordos y comunes, chorlito gris, y algún cuervo haciendo de las suyas robando huevos y pollos. También gaviota cana, escribano palustre y bisbita común. En el mar un grupo de unos 300 eider de steller, y algunas haveldas. Era precioso ver a los steller sumergirse de manera sincronizada. Se ve que cogimos a los steller migrando al norte y nos dejaron visiones espectaculares, ya que poco después se rarifican en la zona. Nos fuimos a dormir alucinados con el pajareo, aunque el sol de medianoche nos impedía coger el sueño.
30 de mayo.-
Como siempre, nos levantamos temprano y nos dimos una vuelta antes del desayuno. La pradera cercana al hotel estaba impresionante, y en un laguito pequeño de su interior contamos hasta 14 falaropos picofinos, que andaban con escarceos amorosos. En la playa, mientras observábamos unos correlimos oscuros, se plantó al lado una preciosa hembra de falaropo picogrueso, en plumaje nupcial, que nos dejó pasmados ya que no la esperábamos y no estaba en nuestra lista. Por la zona una colonia de charrán ártico.
Desayunamos y emprendimos camino a Ekkeroy. Antes de llegar a este pueblo paramos un par de veces ya que el mar invitaba a ello. Haveldas, eideres comunes y de steller, págalos, bisbitas costeros, etc, etc, y, en un grupito de gaviotas argenteas y canas, ¡sorpresa! un adulto de gaviota polar y un subadulto de gaviota hiperbórea, que nos dejaron más asombrados todavía. Esperábamos ver a la segunda pero no a la primera, por lo que seguíamos disfrutando de lo lindo. En otra playita cercana un grupo de unos dos mil correlimos gordos, nupciales, que era todo un espectáculo.
Ya en Ekkeroy, en busca del colimbo de Adams, no vimos a éste, pero sí a un macho adulto de eider real, a pocos metros de la costa. ¡¡¡Una pasada!!! En el mar, negrones comunes, más gaviotas canas, argénteas, colimbo ártico, serreta grande, y la cercana colonia de gaviota tridáctila. Un grupo de cuatro págalos raberos en vuelo.
Había que seguir camino en busca de Vardo y, antes de llegar, un grupo de ánsares campestres, subespecie rossicus, y los primeros escribanos lapones. Llegamos a Vardo, pasando por el tunel de acceso, y nos alojamos en el hotel –Hotelli Vardo-. Nos sacamos una foto en una cercana casita donde se había instalado una colonia de tridáctilas. Desde la habitación del hotel, vista al puerto pesquero, con más gaviotas argenteas y gaviones. Nos dimos una vuelta para contemplar las cercanas islas de Hornoya y Reinoya. Desde la costa, cormorán común y moñudo, frailecillo, arao y alca.
Seguimos camino dirección a Hammingberg, y durante el trayecto más pigargo, un par de ejemplares sobrevolando unas parajes impresionantes, más otro aislado, colimbo chico, eideres comunes, correlimos oscuros, bisbita costero, escribano nival y lapón, zorzal alirrojo, collalba gris, pardillo sizerín, cisne cantor, etc. Más págalo parásito y un lagópodo escandinavo, macho, aunque lejos. En el mar, agitado, un grupo de ocho eideres reales, hembras y subadultos. Vuelta de Hamningberg, un grupo de unos ocho ampelis en la única zona de sauces enanos del camino, donde no aparecieron los buscados allí pardillos de hornemann.
31 de mayo.-
Paseo tempranero en Vardo, como casi siempre, a eso de las 5-6 de la mañana. Algo de lluvia y unos paisajes para no olvidar. Por fin, las primeras bisbitas gorgirrojas. En el hotel, un compañero dice haber visto pardillo piquigualdo, por lo que abreviamos y nos vamos a la búsqueda de los pardillos sin obtener éxito, aunque sí vimos más bisbitas gorgirrojos, comunes y costeros. También leks de combatientes en el mismo pueblo y gorriones comunes, que sorprendía verlos en aquellos lugares tan nórdicos. En el mar más eideres comunes y de steller.
Aquí dividimos la expedición y mientras unos compañeros cogieron el barco para ver la colonia de álcidos en la isla de Hornoya, otros nos fuimos al aropuerto de Vardo en busca de alondra cornuda, que unos noruegos nos habían indicado. En el aeropuerto tocamos madera y al llegar un bonito macho de lagópodo escandinavo, bastante cerca, y que después voló emitiendo su ronco canto. Mientras escuchábamos escribanos lapones, vimos el primer ratonero calzado. Algo después un par de alondras cornudas, por fin.
Volvieron los colegas de Hornoya, con bimbos como arao de Brunnich, que los que no fuimos ya habíamos visto en Islandia, y pardillos piquigualdos. La parte de la expedición que no fuimos a Hornoya nos quedamos con la gana de ver a los piquigualdos, pero el tiempo apremiaba y había que cubrir etapas y volver a coger carretera. Parece que los piquigualdos son fáciles de ver en Hornoya.
Volvimos a Ivalo, parando por el camino en Tanabru. Observamos aquí halcón peregrino y algún cernícalo vulgar, aunque no el habitual allí halcón gerifalte. Faltaba el tiempo y había que seguir. Antes, en Nesseby, breve parada y encuentro con un grupo de ornitólogos españoles –Oscar Gutiérrez, Diego Benavides, etc- que también estaban por aquellas tierras. En la frontera un ligero altercado con la policía finlandesa, que se saldó sin problemas, y al hotel algo tarde.
1 de junio.-
Teníamos reservado guía en Oulu para la noche, con la idea de ver búhos, por lo que había que recorrer unos cuantos km ese día. Paramos en la ciénaga de Petkula, donde vimos bisbita común, agachadiza común y thumbergi de ambos sexos. También pardillos sizerines y pinzones reales, aunque no los falcinelos.
Al pasar por Rovaniemi era obligado hacer una parada en la casa de Santa Claus y comprar algunos regalos. Un comedero de aves allí instalado nos brindó lúganos y verderones. En el entorno un grupo de ampelis a placer.
Como siempre con prisa, llegamos a Oulu a la tarde. En la ciudad, graja y grajilla. Habíamos quedado a las 11 de la noche con el guía, Mati de Finnature, y no habíamos tenido tiempo de echarnos unas horas a dormir. Mientras esperábamos al guía nos dimos una vuela por el humedal de Liminganlahti, donde vimos grulla, carricerín común y escribano palustre.
El guía llegó puntual y compartimos excursión con ornitólogos de otros países (en total fuimos diez). La noche fue brillante y repleta de satisfacciones, ya que se observaron todas las especies esperadas. Mochuelo chico, incubando, lechuza gavilana cazando y un volantón de la misma, lechuza de tengmalm a placer, cárabo lapón, en su inmenso nido con dos pollos grandes, y cárabo uralense. Los paisajes eran espectaculares y recrean los dibujos de hábitats donde aparecen estos cárabos en las guías. Entre medias, pico tridáctilo, carbonero sibilino, ratonero calzado, un leks de gallo lira, y tres majestuosos alces. También búho real, avefría, ánsares comunes, arrendajo común, agateador norteño, petirrojo, piquituertos comunes y reyezuelo sencillo. Sobre las 8 de la mañana nos fuimos a dormir, totalmente destrozados pero repletos de satisfacción. Teníamos alojamiento en el Hotelli Vihiluoto, en Kempele.
2 de junio.-
Dormimos unas horas y comimos relajadamente, comentando lo bueno de la noche pasada. La tarde la pasamos en Liminganlahti, de nuevo, donde vimos escribano hortelano, pigargo, cisne cantor, cerceta carretona, garza real, focha común, rabudo, cuchara, cerceta común, azulones, somormujo lavanco, aguilucho lagunero, aguja colinegra, vencejo común, porrones osculados y moñudos, etc. En los praditos cercanos avefrías con sus pollitos.
3 de junio.-
A la mañana un paseo por los alrededores del hotel donde observamos, con la ayuda de reclamo y de un ornitólogo local, un par de hembras de camachuelo carminoso. En los campos zarapito real y agachadiza común con cortejos. También chorlitejo chico, y carricerín común en vuelos de cortejo no vistos en España. En los alrededores de Oulu nos indicaron un par de zonas para buscar perdiz pardilla, aunque nos dijeron que en esta época es difícil verla ya que se esconde en los prados cubiertos por vegetación, y que es mejor intentarla cuando hay nieve. No hubo suerte con ella. También nos señalaron una ribera donde unos días antes se había escuchado ruiseñor ruso, aunque debía estar moviéndose y no se escuchó.
Cogimos coche para viajar hasta Kuusamo. Por el camino, mucho cisne cantor en los campos, más faisán, tarabilla norteña, alondra común, golondrina común, lechuza campestre, etc. También serreta chica, un bonito macho. Pareció verse un macho de camachuelo picogrueso en un bosquete del camino, aunque no pudo confirmarse.
Tomamos hotel en Kuusamo –Sokos Kuusamo Hotel- y nos fuimos a la ciénaga de Isosuo. Allí becada con pollitos, pico picapinos, bisbita arbóreo, andarríos chico, pito negro, colirrojo real, papamoscas gris y cerrojillo, ampelis a placer.
4 de junio.-
Una vuelta por el lago adyacente al hotel nos deparó agradables sorpresas. Serreta chica, zampullín cuellirrojo, parece ser en su límite más septentrional, porrón osculado con algún macho en plumaje no nupcial, primer y único macho de negrón especulado, centenares de gaviotas enanas y algunas reidoras. También algunas parejas de porrón bastardo y moñudo, y cuatro ejemplares de colimbo chico. Zorzal real y alirrojo a tutiplén, y un avetoro que emitía su canto y cuyo sonido nos acompañó durante todo el tiempo de observación.
Después nos fuimos al camping Viipus, Sierra de Valtavaara, donde vimos los únicos arrendajos funestos del viaje y un macho de urogallo. De aquí a Konttainem, donde en el comedero de aves cercano al aparcamiento de coches entraron camachuelos comunes, luganos, pinzones reales y comunes. De aquí a la estación de esquí de Ruka, donde vimos a placer cuatro machos de urogallo, descansando entre la vegetación. En el lago, serreta chica, mediana y charrán ártico. También archibebe claro defendiendo territorio y porrón osculado.
A las 6 de la tarde habíamos quedado con Olli Lamminsalo, otro guía de Finnature, con la idea de ver algunas especies que nos iban quedando en la lista. La tarde se cerró con lagópodo escandinavo, lechuza de tengmalm, asomando su cabecita por fuera del nido, ésta vez en tronco y no en caja, los primeros somormujos cuellirrojos, algunos sobre nido, y algunas ratas azmilcladas en un precioso lago cercano a Kuusamo. También bisbita arbóreo, andarríos grande, escribano cerillo y gaviota enana. Fuimos a una zona donde se había visto un par de días antes una maura, pero sólo vimos tarabilla norteña. Olli nos llevó también a la búsqueda de escribano rústico, pero no apareció.
5 de junio.-
Nos levantamos muy temprano ya que teníamos nueva cita con Olli, a las 4 de la mañana. Fue el único día lluvioso del viaje, aunque no impidió ver y oir grévol, mejor oído que visto, coliazul cejiblanco, carbonero sibilino y pito negro, en los alrededores de Konttainem. Para grévol era un poco tarde y los machos no entraban bien al reclamo, ya que no se alejan mucho de las hembras que están incubando. El coliazul fue un primer verano y no era totalmente azul, plumaje que cogen en el segundo verano. También zorzal común. Después, cerca de Kuusamo, carbonero lapón en sus cajas nido. También con ayuda de Olli vimos una pareja de escribano pigmeo, que nos costó un tremendo esfuerzo y que no apareció hasta la una de la tarde, con los pies totalmente encharcados porque el goretex ya no daba mucho resultado. Al pie de los escribanos una hembra de lagópodo escandinavo con su nido.
Comimos con Olli, despedida, y a la tarde nos fuimos al vertedero de Kuusamo, donde vimos la buscada gaviota siberiana, Larus heuglini, más gaviota argéntea, cana y fuscus fuscus. Más cuervos y un pigargo.
6 de junio.-
Día de vuelta a Ivalo, aunque paramos en la sierra de Valtavaara y vimos ratonero calzado y una hembra de gallo lira. Un ornitólogo local nos alertó de un mosquitero boreal que estaba cantando, en migración, y que pudimos oir a placer aunque no verlo adecuadamente. Este colega finés nos dijo que unas horas antes había visto escribano rústico en la sierra de Ivaara, lugar que ya no nos quedaba a mano para intentarlo. Con Olli no conseguimos el rústico.
Nos fuimos a la cienaga de Petkula con la idea de intentar el corrrelimos falcinelo y bimbo, apareció, cantando en el cielo sin freno y con un coraje fiero ya que expulsaba de su territorio a todo aquel que entrara en vuelo, como agachadizas, otros falcinellos, alguna cerceta, etc. En total vimos de tres a cinco falcinelos distintos. También falaropo picofino y negrón común. Satisfechos proseguimos viaje y nos paramos a comer cerca de Sodankyla donde nos sobrevolaron unos ampelis. Viaje hasta el hotel y cena de fin de ruta, muy contentos, satisfechos, etc, etc.
7 de junio.-
Vuelta a casa.

Autoría de las fotos:
paisaje renos y grupo.- Paco Chiclana
eider real y cárabo uralense.- JA Lama

sábado, 1 de septiembre de 2007

Fuerteventura 2006



























EXCURSION ORNITOLÓGICA A FUERTEVENTURA 2006
por Paco Chiclana

DEL 26 AL 29-10-06

Participantes: Manolo Villaécija, José Luis Anguita y Paco Chiclana

Especies interesantes observadas: tarro canelo, porrón de collar, cerceta aliazul, halcón tagarote, hubara, corredor, perdiz moruna, bisbita caminero, tarabilla canaria, herrerillo africano, camachuelo trompetero

Resumen.-
Viajamos con Iberia de Sevilla a Tenerife norte, y con Binter hasta Fuerteventura. La vuelta fue similar pero a través de Gran Canaria.
Una vez en Fuerteventura, tomamos un coche alquilado previamente con Orlando, un Opel zafira. Nos alojamos en el Apartotel Bahía Grande, Las Playitas, Tuineje.
Aunque las previsiones meteorológicas amenazaban lluvia los cuatro días, sólo tuvimos algún chubasco esporádico. Dedicamos a la observación ornitológica todas las horas de luz.
Nos facilitaron información previa amigos como Javier Traín, Gustavo Peña, Alfonso López, Miguel Angel Hernández, Joaquín Vizcaíno, Juan Luis Muñoz, Miguel Rouco –a través de su web-, etc, y utilizamos algunos trip reports bajados de internet, así como algún libro y mapa de viajes.
Fuerteventura nos ha cautivado, tanto por la belleza de sus paisajes, como por la espectacularidad de sus aves y la generosidad de sus gentes. Aunque hemos quedado preocupados por la abundancia de la ardilla moruna –Atlantoxerus getulus- especie introducida que parece ocuparlo todo y que suponemos será un problema difícil de solucionar.

Especies que nos han aparecido sin mucho problema han sido la terrera marismeña –ssp polatezki-, el pardillo –ssp harterti-, el ratonero –ssp insularum-, el bisbita caminero, el alcaudón meridional –ssp koenigi-, el gorrión moruno, el camachuelo trompetero –ssp amantum- , el cuervo –ssp canariensis-, el cernícalo vulgar –ssp dacotiae-, la curruca tomillera –ssp orbitalis-, la tórtola turca, el charrán patinegro, la gaviota patiamarilla –ssp atlantis-, la gaviota sombría, la cerceta común, los chorlitejo grande y patinegro, la garceta común, la garza real, el correlimos tridáctilo, el chorlito gris, el vuelvepiedras, el archibebe claro, el andarríos chico, el zarapito trinador y la pardela cenicienta, por lo que estas especies no las mencionaré, por lo general, a continuación.

26 de octubre.-
Sobre las 12 horas cogimos el coche de alquiler y nos fuimos directamente a los Llanos de Tindaya, al lado de la montaña sagrada. Allí tomamos la pista que se dirige hacia la playa y, casi al final, algunas que partían a la derecha. Llanos impresionantes, preciosos, que nos regalaron las dos primeras hubaras –ssp fuertaventurae-, no juntas, y los cuatro primeros corredores, éstos sí juntos. Las hubaras, al vernos, se desplazaban sigilosamente, intentado pasar desapercibidas, no levantando el vuelo. Los corredores tenían el color cobrizo que poseían las piedras por donde se movían.
De allí nos fuimos a la Reserva Ornitológica –SEO- de El Cercado de El Jarde, cerca de Triquivijate, donde el biólogo de la finca, Miguel Angel, nos puso al día sobre los proyectos de conservación en los que se trabaja.
Antes de que cayera la noche nos largamos a los Llanos de Tiscamanita, cerca de Malpaís chico, con la idea de ver a los guirres. Allí, un hombre del pueblo nos acompañó gustosamente y nos mostró el comedero instalado para los alimoches –ssp majorensis- y las torretas donde duermen. Vimos guirres de varias edades. Antes de llegar a los llanos nos volaron otros cuatro corredores, los últimos del viaje. Ya caída la noche, al pasar por Tiscamanita, los árboles del pueblo estaban repletos de gorriones morunos, curioso para los que estamos acostumbrados a que esta especie no visite las zonas urbanizadas en la península.
27 de octubre.-
El objetivo primero de la mañana era ver la tarabilla canaria, por lo que nos fuimos al Barranco de los Canarios, a unos 10 km al sur de Costa Calma, donde pudimos ver a una pareja a placer. En una venta cercana, la chica que la atendía se extrañó cuando pedimos para desayunar café y tostada, ya que decía que lo normal allí era desayunar con cognac o wiski.
De allí nos fuimos a las playas de Sotavento, en busca de limícolas, aunque no vimos nada fuera de lo habitual.
Nuestro siguiente destino fue los Llanos de Costa Calma, en el Istmo de La Pared, donde pudimos ver otras cuatro hubaras, también solitarias cada una de ellas, y varios bandos de gangas ortegas.
A continuación hicimos una parada en las arboledas de Costa Calma para ver paseriformes, pero el bullicio de esa zona, acostumbrados ya al agradable silencio de otras partes de la isla, hizo que nos largáramos rápidamente, no sin antes oír a varios jilgueros.
De La Pared a Pájara nos detuvimos en Montaña Cardones donde pudimos ver hasta cuatro parejas de tarabilla canaria en los barrancos, y también a alguna abubilla.
Una llamada a Alfonso López, que había estado en la isla unos días antes, nos alertó de un macho de porrón de collar en alguna de Las Rosas, por lo que decidimos visitar las existentes. Primeramente nos fuimos a la Rosa de Catalina García, de Tuineje a Gran Tarajal. Es el principal humedal de la isla y no defrauda, ya que pudimos ver allí el macho de porrón de collar, precioso con su plumaje nupcial, un macho de cerceta aliazul, en eclipse, una hembra de silbón, seis espátulas, fochas, gallinetas y cinco tarros canelos.
La siguiente parada era en la otra charca, la Rosa del Taro, de Triquivijate a Tejuates, donde vimos un par de ánades picopintos –Anas poecilorhyncha- , muy bonitos, pero con seguridad escapados de cautividad, y más fochas y gallinetas.
Por último, nos fuimos al área de Betancuria-Vega del Río Palmas, a la búsqueda del herrerillo africano –ssp degener- , que localizamos casi a punto de irse a dormir (se metió para pasar la noche en un tubo que hacia de torreta eléctrica). También por allí curruca cabecinegra –ssp leucogastra- y un posible tagarote.
28 de octubre.-
Mientras esperábamos a que amaneciera escuchamos un alcaraván –ssp insularum- en las cercanías del hotel.
Nos fuimos de nuevo a la Rosa de Catalina García, donde se repitieron las especies del día anterior, más tarabilla canaria. Allí conocimos a Gustavo Peña, gran ornitólogo local, quien nos había facilitado previamente mucha información. Y desde allí, en compañía de Miguel Angel, buen amigo y biólogo del El Jarde, nos fuimos al Embalse de los Molinos. Bonito lugar, con unos cincuenta y cinco tarros canelos que impresionaba verlos por su belleza, tanto posados como en vuelo. También tres archibebes oscuros, un combatiente, una agachadaiza común, tres parejas de tarabilla canaria y varias cigüeñuelas.
Como nos seguía faltando la perdiz moruna, bastante escondida en estos días ya que es especie cinegética y la disparan, metimos a Miguel Angel en el aprieto de que nos llevara a alguna zona donde se la pudiera ver por no sufrir mucha presión. Y nos llevó a los Llanos de Lajares-Rosa de los Negrines, donde pudimos ver unos veinte ejemplares, en un bando muy discreto y camuflado. De allí a El Cotillo, donde comimos al lado de un majestuoso acantilado, y desde donde tomamos una pista que parte de las cercanías del faro y que se dirige hacia Corralejo. Pista preciosa donde las haya, atravesando unas parajes de enganche para los amantes de las playas tranquilas, medio salvajes y solitarias. Por allí vimos un guincho (águila pescadora), una espátula joven, una lavandera blanca, dos garcillas bueyeras, un par de chorlitos dorados y algunos alcatraces.
En Corralejo nos fuimos al puerto, desde donde vimos la cercana isla de Lobos, Lanzarote, y mucha pardela cenicienta en el mar.
Y por último, de Corralejo a Puerto del Rosario, pasando al lado de las bonitas dunas de aquella zona.
29 de octubre.-
Nos levantamos temprano y nos fuimos al faro de La Entallada, en Las Playitas, cerca de nuestro hotel, donde disfrutamos a placer de un par de ejemplares de Halcón Tagarote, uno de ellos deleitándonos en su posadero y después en vuelo durante casi diez minutos. Quizás uno de los mejores momentos de la visita, tanto por lo bonito del lugar, con unos grandes acantilados, como por la belleza de los halcones y por la paz que se respiraba en aquel lugar.
De allí, de nuevo a la Rosa de Catalina García, donde pudimos ver además doce gangas ortegas y una perdiz moruna, suponemos que todas las aves asustadas ya que por la zona había mucho cazador. Nos fuimos en busca de los guirres de Tiscamanita, donde pudimos verlos nuevamente. En la zona también mucho ratonero, todos bastante pálidos y de coloración distinta a los de la península. Pasamos por Malpaís grande donde observamos otra pareja de tarabilla canaria. De allí a Pozo Negro, a ver el mar, y de allí al Barranco de la Torre, en una breve visita camino del aeropuerto. En este barranco vimos más perdices morunas huyendo de los cazadores, dos machos de tarabilla canaria, curruca cabecinegra, y paserifomes en paso como mosquitero musical, común, y papamoscas cerrojillo.
Y por último a las salinas de Caleta de Fuste, donde comimos y nos despedimos de la isla.

Autores de fotos.-
-paisaje: José Manuel Marín
-hubara: Raimundo Martín


lunes, 20 de agosto de 2007

Polonia 2007


























EXCURSION ORNITOLÓGICA A POLONIA 2007
por Paco Chiclana

DEL 12 AL 20-05-07

Participantes: José Antonio Lama, Salud Granados, Raimundo Martín, José Manuel Marín
y Paco Chiclana

Especies interesantes registradas: avetoro, porrón osculado, pigargo, águila moteada, águila pomerana, polluela pintoja, guión de codornices, grévol, agachadiza real, fumarel aliblanco, mochuelo chico, pito cano, pico dorsiblanco, pico tridáctilo, lavandera cetrina, ruiseñor ruso, zorzal real, buscarla fluvial, carricerín cejudo, carricero políglota, zarcero icterino, curruca zarcerilla, curruca gavilana, mosquitero silbador, papamoscas papirrojo, papamoscas collarino, carbonero palustre, alcaudón norteño, corneja cenicienta, cascanueces, camachuelo carminoso.

Resumen.-
Aunque el viaje abarcó 9 días, realmente fueron sólo 6 los dedicados a la observación ornitológica. Viajamos de Barcelona a Varsovia, con Lot Polish. Hasta Barcelona llegamos desde diferentes destinos: Rai desde Almería, Josema desde Asturias, y el resto desde Sevilla. La vuelta fue similar.
La idea original que teníamos era pasar la mitad del tiempo en la marismas de Biebrza y la otra mitad en el bosque de Bialowieza, y eso fue lo que hicimos, aunque primeramente visitamos los lagos de Mazuria para disfrutar también de aquellos escenarios. En definitiva, recorrido ornitológico por la zona noreste del país, estando parte del tiempo muy cercanos a Bielorrusia.
Wildlife Poland, organización capitaneada por Marek Borkowski, nos ofreció por anticipado guías para todo el recorrido, incluyendo además alojamiento, transporte, comida, etc, etc. La propuesta fue de 125 euros por día y persona, que fue aceptada. Marek Borkowski es muy conocido en los ambientes ornitológicos polacos y europeos, entre otras cosas, por su trabajo en la conservación de la agachadiza real, por lo que la oferta era tentadora. Además, el no tener que preocuparnos de buscar alojamiento, comida, localizaciones, etc, sumado al problema ante la conducción temeraria y peligrosa que practican por allí, y a que casi nadie habla inglés –y nadie español-, nos inclinó a aceptar los servicios de este hombre. Por ello, desde nuestra llegada ya tuvimos la ayuda de dos guías: Anna Gajewska, que trató de que las cosas fueran marchando bien, y Bogdan Kasperczyk, que trató que las aves de la lista que les facilitamos fueran siendo avistadas. Éstas dos personas hicieron su trabajo correctamente, aunque echamos de menos una adecuada programación y planificación del día a día que, suponemos, debería haber venido de Marek, el último responsable de que los objetivos pactados fueran logrados. A Marek le vimos sólo en contadas y esporádicas ocasiones. Por otro lado, en algunos momentos echamos de menos el no tener independencia para movernos libremente. De todas maneras, se observaron la mayor parte de las aves incluídas en la lista, algunas de las cuales, como la agachadiza real, dudamos de haberla visto sin la ayuda de los guías. En Bialowieza, además, contamos también con la ayuda puntual de otro guía local, Arek, aunque los servicios de éste fueron demandados directamente por nuestro guía.
Dedicamos una media diaria de 12-15 horas al pajareo. Solíamos levantarnos a las 5 de la madrugada –amanece sobre las 4-, y pajarear un par de horas antes del desayuno. Después de éste, jornada continuada en el campo –con bocata incluido sobre las 14 horas- hasta las 18-19 horas, aproximadamente, retornando al alojamiento para cenar –cena abundante de 4 platos: entrantes, sopa, carnes y pastel o tarta-. Después, algunos días, hicimos alguna escapada nocturna que podía alargarse casi hasta las 24 horas. En definitiva, mucho pajareo y pocas horas de dormir, aunque cuando estábamos agotados buscábamos la cama sobre las 21-22 horas, al anochecer.
El tiempo meteorológico ha sido muy bueno, incluso con un par de días al principio de calor. Después las temperaturas bajaron y tuvimos que tirar de ropa de abrigo, aunque nunca hizo frío excesivo. La lluvia hizo su aparición en un par de ocasiones, pero no llegó a fastidiarnos demasiado.
Los mosquitos abundantes, de gran tamaño, y casi omnipresentes, no llegaron a ser excesivo problema debido a las lociones repelentes que nos aplicábamos de manera continuada.
Polonia es un paraíso ornitológico, tanto la marisma como los bosques. Bialowieza (traducido como torre –wieza- blanca –bialo-) es una joya que hay que preservar y en la que se podría estar observando aves un mes entero. Los bosques son alucinantes, con árboles centenarios y paisajes inolvidables. En la marisma casi nos sobró tiempo, y en los bosques de Bialowieza nos faltó, echando de menos un par de días más para completar la lista de aves y para intentar algo los mamíferos, especialmente el bisonte.
En lo referente a la fecha del viaje, creo que una semana más tarde hubiera sido ideal, ya que la agachadiza real (objetivo primordial del viaje, y logrado) imagino que seguirá entonces entrando a los leks. Además, habríamos dado tiempo a migrantes algo tardíos como, por ejemplo, el mosquitero troquiloide. Y, además, no hubiéramos ido tan ajustados con especies como el carricero políglota o el camachuelo carminoso, que llegan a mediados de mayo.
La visita a Polonia en busca de sus aves puede hacerse de manera libre, aunque la ayuda prestada por los guías resulta gratificante y, para las aves difíciles, necesaria. Nosotros hemos contado con los mismos guías durante todo el tiempo, más la ayuda adicional de Arek en Bialowieza, y ha resultado bastante bien, aunque pienso que podría resultar factible, y más barato, ir por libre y sólo contratar guías locales y específicos en cada lugar.
Se contabilizaron alrededor de 150 especies de aves, de las que unas 30-40, aproximadamente, son raras o no frecuentes en España. Las especies relacionadas en un lugar no quiere decir que sean las únicas allí vistas. Además, en el report no aparecen todas las aves avistadas.
Trip ideal para aquellos amantes de las aves del Paleártico, y complementa perfectamente anteriores viajes que hicimos a Islandia, Noruega y Finlandia.

12 de mayo.-
Llegamos a Varsovia sobre las 19.30 horas de la tarde. Llovía y las previsiones para los dos días siguientes eran de lluvia. Afortunadamente no se cumplieron y tuvimos unos días magníficos, con más calor del que hubiéramos deseado. En el aeropuerto nos recogió Anna, quien nos acompañó durante todo el viaje. Tuvimos un todoterremo gigantesco, marca Chrevolet-GMC. La idea era dormir en un hospedaje que hay cerca de Wierzba, en los lagos de Mazuria, un lugar internado en el bosque, distante de la capital unas 4 horas, por lo que había que ponerse en marcha –pasando por Lomza-. El lugar se llamaba Polska Akademia Nauk, Centum Komferenyjna w Wierzbie. Al salir de Varsovia vimos las primeras grajillas y cornejas cenicientas. Las salidas de la ciudad, rodeadas de verde por todos lados, me hicieron recordar a París. Llegamos al hotel sobre las 24 horas, cansados, pero con ganas de que amaneciera para salir en busca de las primeras aves.
13 de mayo.-
A las 4 de la madrugada había amanecido y, dado que tampoco las ventanas tienen persianas –como en muchos países nórdicos- , la luz inundaba la habitación. No es conveniente abrirlas para que no entren mosquitos y te acribillen pero, a pesar del hermetismo, el sonido de los cantos se colaba y llegaba a nuestros oídos, por lo que dormir algo más se hacía casi imposible. Así escuché al primer mosquitero silbador, lo que me produjo una grata excitación. Un rato después estaba montando el tele en la puerta del hotel para buscar al mosquitero que había escuchado momentos antes, y que vi algo después. Como decía Clemente Alvarez, en su report, el amarillo que les adorna no es tan intenso como muestran los libros, pero es alucinante verlos cantar en aquellos bosques maravillosos, vibrando todo su cuerpo cuando emiten sus voces. Después, los mosquiteros silbadores serán compañeros nuestros durante casi todo el viaje. En la puerta del hotel, en lo alto de una picea, un acentor común cantando. El hotel estaba junto a un lago precioso llamado Sniardwy, el más grande de Polonia, cercano también al lago Beldany, y en él se movían porrones osculados, charranes comunes y gaviotas reidoras. Una vuelta por los bosques cercanos nos deparó el primer papamoscas papirrojo, aunque era de primer verano y no poseía la garganta roja. El macho adulto no adquiere el plumaje completo hasta la segunda primavera, por lo que la mayoría de individuos se parecen a las hembras. En el transcurso del viaje escuchamos algunos papamoscas papirrojos más, aunque nunca llegaremos a verlos detenidamente. Tienen un territorio muy grande y se mueven mucho dentro de él, a la vez que son querenciosos a las capas altas del arbolado. En el entorno del alojamiento, otras aves observadas fueron gorrión molinero, agateador norteño, arrrendajo, carbonero común, el abundante pinzón vulgar, con uno de sus reclamos no oído por mí anteriormente, etc. En una loma cercana los corzos se alimentaban del pasto. Durante el viaje escucharemos la ronca y sus ladridos en muchas partes del bosque. En los jardines, gran bullicio de torcecuellos, cantando descaradamente en lugares destacados. Las grullas, que aparecerán después por todos lados, ofrecían todo un espectáculo con sus cortejos, apareamiento, trompeteos, etc, etc.
Después emprendimos camino en busca del Jezioro Luknajno (jezioro es lago), reserva de la biosfera -Mazurski Park Krajobrazowy-, que cuenta con un observatorio magnífico. Por el camino el primer ruiseñor ruso, que vimos a placer, y que después será otro de los omnipresentes. Nos dio la impresión de que este ruiseñor es más confiado que el nuestro, ya que no era tan complicado echarle el ojo. Su aspecto y su canto son más deslucidos que los que presenta el común. También pardillo, el primer zarcero icterino –otro omnipresente-, alcaudón dorsirrojo, alcotán exhibiéndose, pigargo, agachadiza común, curruca zarcera –otra de las omnipresentes y habituales, y que por eso supongo que se apellidará communis-, y buscarla pintoja en un pradito próximo al lago. El zarcero icterino es casi una copia visual del zarcero común, aunque con el panel alar clarito, bastante notorio. Su canto es peculiar, con algunas estrofas muy distintivas. También escuchamos la primera buscarla fluvial -que vimos sólo regularmente-. El guía nos dijo que la primera cita de la temporada con ella había sido el día anterior. Después veremos a la buscarla fluvial en bastantes lugares, siempre en zonas de arbustos cercanos a riberas y masas de agua. Su canto nos recordaba bastante al de una cigarra. En el observatorio, fumarel común y aliblanco, gaviota enana, avetoro oído –después le escucharemos regularmente en muchos lagos y humedales-, carriceros común y tordal, escribano palustre y aguilucho lagunero. Nos dirigimos a comer a un pradito cercano y por el camino bimbamos el alcaudón norteño, posado sobre un poste próximo. No tenía nada de rosita en el pecho, y me recordó a la subespecie que vi recientemente en Fuerteventura. Mientras papeábamos, observación de zorzal real dando caña a un gavilán.
A la tarde nos fuimos a otro observatorio del mismo lago, en lugar opuesto, donde vimos lavandera boyera, subespecie flava, pigargo, cormorán grande y más fumarel aliblanco.
De vuelta al hospedaje, paseo por los jardines y observación de colirrijo tizón, colirrojo real entregado al canto, y mosquitero común, entre otros. También estornino pinto–abundantísimo por todos lados- ocupando casi todos los huecos existentes en los árboles.
14 de mayo.-
Un paseo a la salida del sol, por los jardines del hotel, nos deparó el registro de la primera curruca zarcerilla. Estaba marcando territorio y se posaba cantando en lo alto de algunos arbustos, a la par que se alimentaba. Esta curruca la veremos después, de manera frecuente, en jardines, no rehusando la compañía del hombre. Curruca simpática, fácil de ver al cantar en lugares destacados.
Tras el desayuno, visita a Biebrzanski Park Narodowy –narodowy significa nacional-. Primeramente, un recorrido por unos bosques preciosos nos dejó citas de cascanueces –menudo bimbazo-, chochín, reyezuelos común y listado, herrerillo común y capuchino, pico picapinos, pito negro –común en los bosques-, tórtola común, camachuelo común, cortejo de una pareja de águila pomerana, y unos ciervos corriendo en la espesura. En el bosque húmedo, rastros de castor. El cascanueces apareció cuando casi le dábamos por perdido, tras una intensa búsqueda. Vino a posarse en lo alto de una picea, retratando fielmente lo mostrado en las guías de campo.
A continuación la marisma. Las llanuras inundadas del río Biebrza se consideran los humedales de interior más naturales de Europa. Nos dirigimos al pueblo de Mscichy, que posee un observatorio muy conocido a unos 2-3 km del mismo. El camino hacia el observatorio, concurrido por otros ornitólogos, no dejó de ofrecer sorpresas. La primera escucha de guión de codornices no se dejó esperar y daban ganas de meterse en la marisma inundada a su búsqueda. El guía nos decía que era imposible localizarle de día, ya que canta más lejos de lo que parece, y se mueve por el interior de la vegetación sigilosamente, despistándonos. Por el camino, mucho carricerín común con vuelos de cortejo, alguna buscarla pintoja, y el primer carricerín cejudo. Para localizar a los cejudos es necesario extremar la agudeza auditiva y visual, ya que los carricerines comunes son abundantes y lo ocupan todo con sus cantos. El hábitat era marisma inundada con poco nivel de agua y con vegetación de medio metro, aproximadamente. También avefría, combatiente, aguja colinegra, bisbita común cantando, y tarabilla norteña. En el observatorio, después del bocata, centenares de fumareles aliblancos, más cisne vulgar, andarríos bastardo, archibebe común, urraca, mucho cuco, garceta grande, garza real, focha, algunos ánsares, azulón y cerceta carretona.
A continuación, otro observatorio –todos son altos, con un piso al menos- en Brzostowo. Aquí rabudo, casi 300 grullas con un zorro que no las dejaba tranquilas, avión zapador, tres garcetas grandes, una de las cuales poseía caracteres de la subespecie modesta –nos dijeron que la garceta grande es reproductora allí- , porrón común, moñudo y un macho de pardo, cucharas, chorlito gris, correlimos común y archibebe claro. Unos ornitólogos alemanes nos dijeron que acababan de ver correlimos de temminck.
Y para casi acabar el día, otro observatorio más, el de Burzyn, donde se vieron algunos alces –impresionantes- . Este humedal, como el anterior, poseía en su parte posterior un hermoso bosque. Al llegar al lugar nos levantó una perdiz pardilla, que sólo vimos alejarse volando. En la zona guión de codornices, escribano cerillo y más curruca zarcera.
A la noche nos fuimos a Kuligi, cerca de Knieja, para intentar ver al guión. Le estuvimos escuchando bien, pero no quiso entrar al reclamo que colocaron los guías. Parece ser que el que se acerquen al reclamo depende de muchos factores: silencio absoluto, meteorología, etc, etc. Mientras tanto, en la oscuridad, escuchamos cárabo, pechiazul y carricerín común.
15 de mayo.-
Traslado a Knieja, donde nos alojamos en una especie de Hotel cerca del lago del mismo nombre. Este lago disponía de instalaciones deportivas para embarcaciones y demás. Allí, somormujo lavanco y, en el entorno, curruca capirotada –abundante en ambientes arbolados-, zorzal común, papamoscas gris... Muy temprano nos fuimos de nuevo a Kuligi, donde Marek tenía una bonita casa de madera, para seguir bicheando. Marek tenía allí unos cuantos caballos muy similares a la variedad Tarpan, creo ya extinguida, que se conocen por ser pequeños, fuertes y muy resistentes a las frías temperaturas invernales. Localizamos un macho de curruca gavilana, recién aterrizado, y nos sorprendió el que poseen el barrado menos patente que en las guías. También azor, que vimos entrando a unos árboles; oímos un pito cano en busca de territorio, observamos un hueco de pico dorsiblanco, zarcero icterino, oropéndola –común en zonas arboladas-, andarríos grande, etc. Esa zona es la que Marek llama su jardín, y la verdad es que a pocos metros de su casa se localizaron un montón de aves. Casi en el mismo punto escuchábamos buscarla unicolor, en un carrizal, buscarla pintoja, en un arbusto sito entre una pradera inundada, y buscarla fluvial, sobre un arbusto cercano a la masa forestal de una ribera.
De allí nos dirigimos a la zona de Wolka Plaseczna, cerca de Goniadz, donde vimos águila moteada (parece ser el único punto de Polonia donde hay) y aguilucho cenizo. En el río, rastros de castor. Para el bocata, nos fuimos a una zona apartada con una praderita rodeada de un bosquete. Allí ardilla, jabalí, liebre, zorzal charlo, alcaudón dorsirrojo, lavandera blanca cebando, collalba gris, abubilla, totovía...
Después, con muchas ganas de ver a la perdiz pardilla, traslado a los campos de labor, donde según los guías esta especie estaba “every where”. Más de un par de horas y nada de nada, aunque vimos escribano hortelano, mucha alondra, graja y grajilla.
16 de mayo.-
Mañana lluviosa que dedicamos, nuevamente, a la búsqueda de la perdiz pardilla. Resultó infructuosa, aunque ofreció una bonita vista de zarapitos reales en un verde prado, más escribanos cerillos cantando en los árboles que servían de lindes en los campos de cultivo. Los plazos apremiaban y había que ir dejando las marismas para irse a los bosques soñados de Bialowieza, en busca de otras aves. A la noche pretendíamos intentar la agachadiza real y, al pasar por Bialystok, compramos unas botas de agua (en el Leroy Merlín) que nos permitieron acceder a la zona donde acontecía el lek, en terrenos algo inundados. Después del centro comercial, donde abundaban los corta-césped –es rara la casa que no tiene uno- nos fuimos prestos para el embalse de Siemanowka en busca de la lavandera cetrina. Y bimbo, tras una corta búsqueda apareció cantando en lo alto de hilera de arbustos; un macho precioso, ssp citreola, para alguien lo mejor del viaje. Estuvo cantando por su territorio, y algún colega observó también a la hembra. La zona, próxima al pantano, se llama Siemieniakowszczyzna –vaya nombrecito-. Allí también pájaro moscón, lavandera boyera –ssp flava-, tarabilla norteña, fumarel cariblanco y aliblanco, ánade friso, gaviota reidora... Comimos allí y nos largamos para Bialowieza, con unas ganas enormes de llegar. Nos alojamos en una casita preciosa en el mismo pueblo. Cenamos, calzamos las botas de agua y nos fuimos por la agachadiza real. El lek estaba cerca del río Narew. Aparcamos el coche cerca del cementerio del pueblo homónimo y, cayendo la noche, nos fuimos en busca del lek. El terreno estaba algo inundado, y las botas vinieron muy bien. Al llegar a la zona ya había algunos británicos instalados en el puesto, por lo que el lugar debía ser bien conocido. El lek quedaba lejos, para no molestar a las aves, pero con los teles se podían ver las cabecitas de las agachadizas entre la vegetación. Mientras la noche iba entrando, las “gachonas” se ponían más activas y empezaban a moverse, a exhibirse, a dar pequeños saltitos y pequeños vuelos, dejándonos ver perfectamente sus rectrices externas blancas. A veces se subían, aunque por poco tiempo, a lo alto de la vegetación y veíamos cómo adoptaban la postura típica que muestran las guías. Todo un espectáculo, a la vez que escuchábamos más guiones, buscarla pintoja, agachadiza común y una polluela pintoja. Satisfechos, nos fuimos a dormir un ratito.
17 de mayo.-
Muy tempranito ya estábamos paseando por una ruta marcada del maravilloso bosque de Bialowieza -Bialowieski park Narodowy- cercana a un centro de interpretación donde tienen algunos animales en cautividad, como algún bisonte, aunque no pasamos a verlos –animales en cautividad, no gracias-. Bosque maduro, con numerosos árboles caídos, un paraíso para picos y otras especies forestales. Escuchamos un papamoscas papirrojo, aunque no hubo manera de verlo (pusimos el reclamo y dejó de cantar, por lo que pensamos que no era muy adecuado colocar reclamos en esta fecha, para esta especie). Observación del primer papamoscas collarino, que nos alegró la mañana un montón. Esta especie es común en Bialowieza -con una población de 6 parejas por hectárea- debido a la abundancia de carpes, árbol que les ofrece huecos para nidificar. En otras partes de Polonia, el collarino se torna escaso y ocupa su hábitat el papamoscas cerrojillo. El guía vio un grévol cruzar la pasarela de madera que nos conducía donde, poco después, observamos rastros de marta. Escuchamos otro papamoscas papirrojo, algún carbonero común, zorzal común... Mientras observaba unas ramas desnudas, aparecieron tres camachuelos carminosos –los primeros de la temporada-, uno de los cuales era un macho con algo de color. La extensión de rojo en los machos varía según la edad y los individuos. A la tarde, después de comer, escucha de un pito cano y observación en nido de pico mediano y pico menor. También pito negro, algún papamoscas cerrojillo –escaso por aquí-, más papamoscas collarino, agateador norteño, buscarla fluvial, ratonero común y águila pomerana, primero posada cerca de nosotros y reclamando insistentemente, y después la misma en vuelos de reconocimiento y cortejo.
Tras la cena, reunión con otro guía –Arek- que nos llevó a ver al mochuelo chico. Arek le llamó con sus silbidos y apareció sin problema, con un roedor en una de sus patas. El año pasado vimos a esta pequeña rapaz en Finlandia, pero teníamos ganas de volver a verla. Curioso que Arek – y su hijo Matheus- aparezcan en casi todos los report que leí para ir a Polonia, y supongo que deben ser contratados por muchos ornitólogos.
18 de mayo.-
Paseo matinal por el río cercano al pueblo de Bialowieza. Escuchamos grévol y papamoscas papirrojo. También trepador –la variedad norteña, de partes inferiores muy claras-, cuervo, etc. Y después observación de más curruca zarcera, buscarla fluvial y curruca gavilana, tres especies típicas de la ribera y asociadas a este hábitat. La curruca gavilana es impresionante por su gran tamaño, por su barreado, y por sus ojos amarillos, que cuando te mira recuerda a un gavilán –supongo que de ahí su nombre-. También mosquitero musical, arrendajo, alcaudón dorsirrojo –con un pollo crecido-, un macho de piquituerto precioso, muy rojizo, un macho de pico menor alimentándose y, bimbo, el primer carricero políglota, que se estaba haciendo de rogar. Éstos carriceros llegan también por estas fechas y temíamos que volviéramos a España sin ver/oir a alguno. Es curioso ver a un carricero cantando en el interior de un arbusto, con ligeras escapadas al exterior para posarse brevemente en una alguna ramita desnuda. También allí curruca mosquitera.
Seguidamente nos trasladamos a un bosque cercano en busca de picos, donde nos condujo Marek. En la misma zona vimos una pareja de pico mediano, con relevos en el nido cada 20 minutos, un macho de pico dorsiblanco, ssp leucotos (otro bimbazo) alimentándose en un árbol caído –parece que muestran mucha querencia por estos árboles muertos-, y un pico picapinos que no cesaba de coger piñas y trasladarlas a un tronco donde las insertaba para comer su interior. Sorprendente la destreza de Bogdan para localizar los picos, ya que discrimina perfectamente el sonido que produce cada uno –cuando reclaman, cuando tamborilean, etc-. Decía que sólo podía no reconocer a la especie si reclaman con el pico lleno de orugas, ya que entonces el sonido que emiten no es distintivo. Un grupo de británicos que aparecieron por allí vieron un grevol por la zona -le buscamos y sólo le vimos alejarse volando-. Observamos un carbonero palustre muy cerquita, con cebas repetidas, y Bogdan dijo que minutos antes había escuchado un mosquitero troquiloide (lo buscamos, pero no lo vimos). Según el guía, seguro que sería de los primeros en arribar a Polonia, ya que suelen llegar a finales de mayo. En los bosques faltó por localizar al mito de cabeza blanca –ssp caudatus- típico de aquellas tierras, aunque siempre estuvimos pendientes de él.
Comimos y a las 3 de la tarde teníamos entrada para la visita guiada a la reserva de este mágico bosque. Nos acompañó una chica que, además, estaba trabajando con el pico tridáctilo. Se trata de un reducto del bosque mixto templado que pobló gran parte de las tierras bajas del norte de Europa tras la última glaciación y que, a excepción de Bialowieza, está prácticamente aniquilado. Dimos un agradable paseo por el interior del mismo, de unas 3 horas, y vimos una pareja de pico tridáctilo, ssp tridactylus, entrando a cebar en un nido. También papamoscas papirrojo –nuevamente sólo oído-, petirrojo, paloma torcaz y una comadreja que nos cruzó el camino. El papamoscas collarino era muy abundante, registrando machos y hembras en sus nidos. Es impresionante ver los árboles centenarios que hay allí, con un grosor que te dejan boquiabierto. Carpes, tilos, robles –el árbol del país- y piceas conforman aquella maravilla. A la salida de la reserva, en un claro amplio de hierba, más guión de codornices, alcaudón norteño, oropéndola y escribano cerillo.
A la noche nuevo intento fallido de ver al guión. Se puso reclamo, con foco en mano por si era necesario, pero no hubo manera. Sólo vimos a uno moverse sigilosamente por el interior de la vegetación, aunque sólo se apreciaba una mancha rojiza. En la noche cerrada, algo se nos acercó y se quedó a un escaso metro de nosotros, y suponemos que podía ser una hembra de guión. No teníamos nada para iluminarla y nos quedamos con las ganas de saber qué era –el foco lo tenía Bogdan y estaba en ese momento algo alejado-.
19 de mayo.-
Nuevo paseo pre-brekfast. Observación a placer de un macho de pito cano que nidificaba muy cerca del pueblo y, en el mismo jardín de la casa, un macho de carricero políglota que se quebraba la garganta cantando. Todas las casas del pueblo de Bialowieza, como casi todas las de otros pueblos que visitamos, tenían su jardín en el que podías observar un montón de especies. Desde el de nuestra casa registramos curruca zarcerilla, zarcero icterino, zorzal real, cigueña blanca, tórtola turca, vencejo común, golondrina común, avión común, mirlo, gorrión común, verderón, verdecillo, jilguero...
Se terminaba lo bueno y había que partir para Varsovia. Montamos los bártulos en el coche y, antes de salir del pueblo, nos paramos en la iglesia bizantina –ortodoxa- para unas fotitos de recuerdo. En el césped había un picogordo alimentándose.
Después 4 horas de carretera para Varsovia. Alucinante lo mal que conduce aquella gente y el acojone que te meten en el cuerpo. La carretera nacional de 2 carriles la convierten en una de 3 y, a veces, de 4. Todo el tiempo anterior habíamos estado por carreteras entre pueblos, mayoritariamente agrícolas, con casi nada de tráfico -ya que los coches escasean- y no habíamos sufrido esa conducción temeraria, afortunadamente.
Llegamos a Varsovia a la hora de la comida. Teníamos un territorio de pico sirio, en el parque Lazienkowsky, en la parte que coincide con la calle Morszyriska. Dado que algunos colegas querían llegar al hotel pronto y tener algo de tiempo para visitar el casco antiguo de la ciudad, la dedicación al pico sirio fue escasa y, por lógica, nos falló esta especie. También hubiera sido interesante tener algo de tiempo para visitar el río Vístula en busca de gaviota cáspica (que no buscamos tampoco en Siemanowka por la misma razón). De todas maneras, la tarde-noche recorriendo la parte antigua de Varsovia, la buena y copiosa cena de despedida, regada con unas cuantas cervezas, fue memorable. Y el pico sirio quizás sea el eslabón que una este viaje con alguno próximo.
20 de mayo.-
Vuelta a casa.

Autoría de las fotos:
papamoscas collarino, lavandera cetrina y grupo.- JA Lama
paisajes de Bialowieza.- Paco Chiclana